Revise el aceite del motor. Con el auto a nivel del suelo y el motor tibio (pero apagado), retire la varilla y límpiela con un trapo sin hilachas. Reinsértela y sáquela de nuevo. El nivel debe estar entre las dos marcas.
Revise que el nivel del refrigerante en el depósito esté entre las marcas alta y baja. Si su auto no tiene depósito, con el motor frío levante la tapa del radiador y revise el nivel. Si está a más de 25 mm por debajo de la tapa, agregue anticongelante.
Revise que no haya cables desconectados, sueltos o dañados. Examine las mangueras alta y baja del radiador y las del calentador, los conductos de la nafta y cualquier otro relacionado con la dirección o los frenos.
Revise el manual del propie-tario o diríjase al taller para conocer los niveles de fluidos de la transmisión automática y de la dirección.
Revise y ajuste la presión de las llantas cuando estén frías. Encontrará la presión correcta de las de su auto en la guantera, en la tapa del depósito de nafta o en la puerta del conductor.
Asegúrese de que todas las luces funcionen: las largas, las de los frenos, las direccionales y las de la reversa.